I feel every single atom of your body reacting against the layers of mine, and still it is not enough.
miércoles, 22 de junio de 2011
¿Quién dijo?
El tic tac del reloj no descansa. Inclemente. Los días pasan y las nubes marfil continúan ahí, controlándolo todo desde el cielo. Las miradas me apremian. Todo tiene que ser ya y me aturdo, lo confieso. Ahora. Hoy. Sólo se oyen a este lado del mar voces impacientes que me dicen que mañana es demasiado tarde. Las palabras caducan al segundo e intento tímida rebelarme contra la urgencia del mundo, que a veces no me deja darme cuenta de que estoy viva. En días como este miércoles de junio necesito para seguir respirando descansar, detenerme un instante y volver al principio de las cosas. ¿Quién dijo que los buenos momentos tienen que ser efímeros, que se agotan? Y ante tanto reclamo, opto por soñar. Por acatar que lo que tenga que pasar sucederá, que tal vez en otoño sea el tiempo del amor o que en febrero nazca el niño que nos salve de tanta normalidad. Me decanto por acostarme a la hora que me marca el estómago o por sentir a mi ritmo. Sin prisas, parándome en cada rotonda del camino. Jugando con los globos de colores y las marionetas que me encuentro o dibujando pájaros con tiza en tu pared. Hoy me apetece lento...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)